viernes, 5 de noviembre de 2010

Revisión de los dialogos con los fantasmas de la laguna.


El aire inseguro de la laguna trae aroma de aguas calmadas y bajo un manto de bruma, apareces ¡oh! Fantasma.
Quieres romper el cielo que arde en el infierno de tus sentidos. No te alejes, ven, mi alma te espera, como te ha esperado siempre, desde la otra orilla de ésta laguna siniestra. Otrora soñé con tus labios de ascuas evaporando mis besos, Soñé con caricias ígneas abrasando la dermis, que se erizada a tu solo contacto. Sí, fue ayer tan solo. No ha pasado el tiempo, aún releo en el cielo la carta que tus dedos esculpieron en la densa niebla. Te alejas de nuevo navegando en la boira, y el viento arremolina sus blancos dedos sobre las quietas aguas. Ven, aquí espero, como te he esperado siempre desde la otra orilla, de ésta laguna de olvido.


Entre las nieblas nocturnas, entre los jirones densos de bruma, aparecen y desaparecen iluminados por la luna, seres pretéritos que me atormentan con sus lamentos , rostros y manos de tacto cadavérico. Se sientan a mi lado y me hablan tranquilo y lento, con mi propia voz, acaso robada, susurrando las historias que ambos conocemos. Si los miro a los ojos carentes de esferas, se difuminan, dejando el vapor que exhala mi pétrea boca cerrada y muda.
Están aquí, rodeándome, saliendo de las tumbas sepultadas de mi propio olvido; de cárceles carentes de barrotes en las que fueron confinados hace tiempo, por la mente mía.
Con una sonora carcajada nerviosa, les devuelvo a las tumbas, y es el eco de sus voces y lamentos lo que me trae el viento. No es mi risa, sino la suya entrelazada con la bruma.

Fantasmas que habitáis entre nieblas, ¡yo os convoco!!

Salid de las tumbas vaporosas y arrastrad vuestra conciencia, hasta este páramo de la existencia; cabalgad en caballos de bruma, y navegad los mares de humo, hasta que entre la fosca, mis ojos se encuentren con las esferas de densa boira de vuestras calaveras.
Esta noche carente de luna, rodeado por vuestra siniestra presencia , os liberaré de vuestro juramento para que halléis descanso eterno, sino es aquí, en el averno al cual perteneceis.
Dejad las cadenas que dan tormento a los mortales, en las nichos que os dan cobijo, pues ya no han de dar miedo, ni sonrojo, ni zozobra, ni horca ,ni martirio, ni suicidio, ni cilicio, ni culpa.

fantasmas que habitáis la bruma descansad

Noche de fantasmagóricas presencias que se esconden entre las nieblas.
los vapores de la oscura realidad, donde el olvido es el amo, gobiernan en su tétrico reino vacío de forma humana, a los fantasmas que pasean sus cadenas por los pasillos de este castillo de existencia. Aún con las puertas de roble muertos cerradas, atraviesan o sonrien en las almenas de fria piedra, haciendo resonar su voz por los tímpanos del insomne habitante de este mundo vacío sin nombre.


Yo que os inventé y os di forma corporea, nada he de temer de vuestra siniestra presencia misteriosa. sobre el estanque de bruma que nos rodea, alzaré la voz, y a grito, que devuelva el eco amortiguado, responderé con la risa ahogando en mis timpanos vuestras voces ya muertas hace tiempo.


Tan bellos se dibujan en la bruma vuestros etéreos cuerpos blanquecinos , movidos por la brisa de este páramo nocturno, me dejo llevar hipnotizado por el canto de las voces carentes de garganta y sonido humano.
me arrastran con su arrullo de sepulcro y abandono mi alma anhelando la paz de los que ya están muertos y sin embargo moran carentes de forma ,este lado de la existencia .
Venid a mi ¡oh espectros alados! Aferrad mi anima que se desvanece en la boira precipitandose al vacío de abismos oscuros, donde ni vosotros osais morar siquiera.



¿Cuántas veces habéis llamado a mis desdichados tímpanos que sin querer os escuchan? Con voces siniestras os descolgáis de la bruma y carentes de esferas, vuestras calaveras se dibujan entre el vaho que se mezcla en la boira. Otrora tuvisteis materia que se apoderaba de mi con solo la presencia; poder que embaucaba mis ansiosos oídos ,que anhelaban vuestra dulce canción, pero hoy no es antaño, y expulsados habéis; como los desterrados,;como los olvidados. Reyes que fuisteis, ¡idos! y no os rebajéis más, pues vuestras canciones desafinan ya, y el poder que os dí, ayer os lo quité junto a la corona que se hundió en las aguas del olvido hace tiempo.



Reyes de otros tiempos , quizá mas amables. ahora que yacéis olvidados e ignorados en la niebla del tiempo que os atrapa, susurrad, yo os escucho.
Contad vuestra historia lóbrega una vez más, haced palideced los rostros de la bruma que destila gotas frias como la muerte misma. ánimas que vagais por la laguna ¿acaso no veis que tendí el puente que me une a los mundos que fueron y ya no son?
Fantasmas de la boira, hablad o callad para siempre.



En noche oscura resplandeces, febril presencia de girones de niebla vestida surcando las aguas de conciencia estancada impulsada por el viento. Lamentos y amenazas vertidas por la boca de boira espesa se cuela entre los tímpanos desprevenidos. Acaso no te ha dicho los susurros del viento que feneciste y con ello tu poder menguó y devino en nada.
Tus palabras hablan en presente de lo que ya se ha ido, como aferradas a los restos del naufragio, flotando en la laguna fosforescente donde brilla la luna cadavérica. Ya nada es posible en este lado de la conciencia, y poco a poco, isla serás entre la fosca; inerte; abandonada como los objetos que duermen en las playas.
Porque no habré de reclamarte, ni odiarte, ni amarte, ni consolarte. Sólo el olvido abre sus brazos envueltos en brumas y te atrapa sepultandote..


Por el lobo que camina.