domingo, 3 de enero de 2010

Tertulia entre caballeros.



Era la mañana dominical y los cirros altos apenas molestaban el discurrir del sol de invierno. Provisto de su mejor indumentaria, bastón con cabeza de león plateado y zapatos recien lustrados, se acercó caminando por las estrechas calles de sombra a la taberna. A esas horas en que los devotos andan golpeandose el pecho en las iglesias y catedrales, unos pocos parroquianos sentados en taburetes contemplaban los dedos de sol, que desde el patio, atravesaban timidamente la estancia.

Don Terencio meditaba frente a un vaso de ginebra las teorías sobre el empuje hidrostático. En su disertación mental consigo mismo, dilucidaba acerca de la inmersión en un líquido, que no fuera ginebra por supuesto, la monarquía no podía estar equivocada..., De dos hombres de igual masa pero desigual caridad, hasta comprobar si el mal en los hombres puede medirse en newtons.

Arcadio se desprendió de la chistera en el mismo momento que entraba por la puerta y el crujir de las bisagras, anunció un nuevo parroquiano en el lugar. Si bien fueron muchos de los pocos que moraban, los que volvieron la cabeza, éste sospechó, que excluyendo al regente de la barra con delantal y trapo a la antigua usanza, el número de miradas era proporcional a la curiosidad reinante en un pais más de porteras que de letrados; y torciendo el gesto en lo que podría tildarse de sonrisa, encaminó sus pasos hacía la estatua impresionista esculpida en carne que era Don Terencio asemejando un rodin.

-Buenas tardes, D. Terencio, ¿cómo es su estado de salud está mañana?

-Serán días, amigo, buenos días. Bien gracias, ¿quiere usted sentarse?

-Eso en todo caso serán para usted buenos, lo que se dice buenos, no son y por eliminación... Tarde era cuando salí de casa camino del puerto y tarde otra vez era cuando zarpó el bergantín correo de la dársena equivocada. ¡Que pais! La necedad abunda tanto que por el camino tropecé con el gentío que se atropellaba ante la puerta de la catedral, como si repartiesen hostias gratis. Ya sabe usted que nada es gratis,amigo.Respecto a lo de sentarme, se lo agradezco, pero pensaba hacerlo de todas formas, ¿le molesta?

-Al menos coincidirá conmigo que el sextante colocado entre el horizonte y el astro no anuncia el cenit y que por lo tanto, debe tratarse de la guardia de mañana y no la de tarde, a pesar de que estando en lo cierto usted acerca del estado de los usos y costumbres de los ciudadanos: ya no hay puntualidad, salvo en los cambios de guardia en el palacio. Celebro que se sienta usted cómodo sentado, desde luego es la postura idonea para la conversación entre iguales, pero digame...¿Tiene un hombre bueno mayor densidad que uno malo? ¡Cómo desearía platicar con Arquímedes en ésta mañana...

-Ya sabe usted que en la marina todo anda mejor ordenado que aqui en tierra firme. Si bien tiene usted razón acerca del astrolabio, pronto la tendré yo, pues el sol se mueve deperisa y para entonces acertaré en mi adelanto... ¿Lo ve? Esas son las campanas del angelus, así que, Camarero, por favor haga usted el favor de hacer sonar la camapana y ya de paso traiga algo de refrigerio para este señor y su amigo, que no es otro que yo mismo.
Volviendo a lo nuestro, hombres buenos dice...Uhmm, antes habrá de encontrar uno, y en estos tiempos, como antaño la honradez es valor devaluado exento de cotización. Pero si se refeire usted a eso, el hombre malo tiende al sobre peso y por tanto su masa y densidad es francamente superior. Se sumergen primero pero prevalecen al aferrarse a su condición, ahogando antes de sumergirse al incauto que éste cerca.

- No hombre, yo me refería a la igualdad de masa, esto es, por poner un ejemplo, un ser que parecido a usted en masa y altura, fuese un villano y ambos introducidos en el líquido elemento se pudiera comprobar con cual sube más al boya de medición.

-Me ofende usted, señor. Si no fuera domingo me vería obligado a enviar mis padrinos a su señoría. ¡Por los dioses olímpicos!No sabía que me tuviera en tan mal aprecio. Bueno yo, no diga usted tonterías Don Terencio. El bien es la antítesis de mi estado natural y para que se convenza, antes de llegar a la taberna he violado varios de los principios pios y me hallo en pecado mortal perpetuo desde que fui acólito de Monseñor Emiliano, al cual, ate la cuerda de la camapana al pie de babor con tan buena suerte, que en el redoblar de éstas, el ministro ascendía cabeza abajo hasta el meridiano de la boveda, para bajar de golpe. Y que golpes se daba.

-No me malinterprete, señor. Cuando digo bueno, no uso la medida de la sociedad actual, sino que ajeno a esta, me llevo por aquellos principios que en su día, contaban entre las cualidades de los dioses. Griegos, desde luego, los pobres romanos apenas si sabian copiar, mal, desde luego, y es que eran uno brutos. ¡ah! Si Hanibal hubiera paseado los elefantes sobre el senado...

-¡Ah! en ese caso, acepto el cumplido, Don Terencio. Es usted muy amable. Yo también en su día llegué a imaginar tal supuesto, pero enseguida comprendí que de haber ocurrido, Cartago y no roma hubiera sido el modelo de corrupción para los imperios posteriores, uno más bello, desde luego y quizá menos hediondo,más práctico y verdadero, pero corrupto en tal modo, pues el poder lleva parejo la villanía y es capaz de sacar siempre lo peor de los hombres.¿Se imagina usted la basílica de Simón en Tunez?

-cuanta sabiduria albergan sus palabras, Arcadio. Pero querrá decir Pedro usted...

-No amigo, digo bien, pues en mi opinión el cambio de onomástica de ese señor debió deberse a la falta de memoria de su maestro, muy tendente a permutar los nombres y que la historia a perpetuado.A no ser que se permutara el nombre por villanía para eludir sus obligaciones familiares o pesqueras.

-Oiga ahora que lo menta la pesca y cambiando de tercio, ¿qué opinión le merece el estado actual de la nación?

-La nación siempre estuvo mal de salud amigo, no tan mala como el de las colonias de su majestad, es obvio. Seguimos sin producir nada más que soldados mal pagados, politicos corruptos, pobres y curas gordos y así amigo, no se levanta nada. Pero si ha de levantase algo que sea la honradez que tan pisoteada anda y es que ya ni los comerciantes dicen la verdad sobre el género que ya es decir. Ya sé que es usted monárquico hasta la médula y en ese campo no voy a pronunciarme, pero la culpa es sin duda de las clases medias tan dispuestas a ascender por méritos. En su lugar deberían descender y hacer descender de sus pedestales al resto, pero sin sangre que luego se tiñe todo, hasta las ideas.

-Le agradezco que no ensucie el nombre de la corona, pues ya ellos se encargan de hacerlo por si solos, pero creo que tiene razón, la culpa es sin duda de los mediocres como siempre. Ya nadie aspira a la superación de los progenitores ni sus modelos, y es que se prefiere la práctica a la teoría, entendiendose por la primera la mala praxis de pésimos alumnos.

Arcadio miró el reloj con aire despreocupado y tras asentir con la cabeza agarró el sombrero que descansaba sobre la mesa.

-En efecto amigo de tales maestros peores alumnos y es que realmente no interesa formar con seriedad al respecto y hay que conformarse con la mediocridad y dar por cierto que Roma no dejó piedra sobre piedra de la ciudad de Cartago. Ha sido una charla agradable, Don Terencio, pero me temo que me esperan en casa para comer.

-Lo mismo digo señor, pero digame, ¿se casó usted?

- No, libreme el cielo sempiterno. Cuando digo que se me espera en casa, me refiero a la familia cánida, pues de la otra sigo siendo teoricamente práctico: el matrimonio es una instituición a la cual no deseo pertenecer.

-¡Ah! con que era eso, bueno, hay que reconocer que la institución tiene sus ventajas y defectos, a mi sin embargo me fue bien en ello, pero supongo, que buena culpa tiene mi amada esposa, siempre tan sensata y dispuesta a teorizar.

- Ah amigo, usted tiene suerte, no es una esposa lo que usted tiene, sino una Hipatia y en éstos tiempos tan oscuros la luz brilla doblemente. Pero si me permite y volviendo a su teoría líquida, no hace falta que usted encuentre un hombre bueno, pues dos malos también sirven y de la inmersión de ambos podrá dilucidar quién es el más villano, pues mantengo que el mal tiene mayor densidad y por eso nos luce el pelo así de ralo.

Don Terncio quedó enismismado pensando acerca de la posibilidad de que Arquímedes acertara con la corona y que de dos hombres sumergidos en el líquido elemento, a excepción de la ginebra, por supuesto, el resultado de masa en ralación con la constate gravitaroria dependería en todo caso de que el experimento se hiciera en buena praxis de las teorías propuestas y acertando en ello D. Arcadio, el mal fuese la causa del hundimiento de pecios, la bolsa y los imperios carentes o no, de monarquía distinguidamente corrupta.

Por el lobo que camina.

9 comentarios:

  1. Saludos de una lobita que anda suelta...

    Auuuuuuuuuh!!!!

    Besos de luna

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  2. celebro los besos y saludos Cita, pero ¿no va a decir al lobo su opinión a cerca de las letras?

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  3. ya deje mi opinion en otro blog tuyo...repito:navegante de la vida,investigador absoluto,y preciados escritos,poeta!!!!!!!
    un abrazote lobo
    lidia-la escriba molesta por el calorrrrrrrrrrr
    http://www.deloquenosehabla.blogspot.com

    pasa por el...lo votarias en hispatop.com? el enlace esta en lado derecho,es chiquito, si te va, obvio






    1

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  4. POr supuesto! disculpa mi brevedad en el comentario anterior!
    Resaltar dos cosillas, primero, veo que creas escenarios al detalle, fáciles de imaginar sin mucho esfuerzo y con varias perspectivas. El diálogo es correcto, las florituras las justas aunque a mi parecer, demasiado contundente.

    El matrimonio... institución a la que yo tampoco deseo pertenecer jajajaja

    Saludos de nuevo Lobo.

    Volveré...

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  5. paso a agradecer tanta hermosura! de paisajes y de letras,gracias por ser mi seguidor,que espero que comentes,lo mucho ,poco,o nada, que escribo...
    muchas gracias
    lidia-la escriba
    http://www.deloquenosehabla.blogspot.com

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  6. Muchas gracias Cita por la amble crítica. La contundencia creo es el defecto de mis escritos, pero no puedo evitarlo, decía alguién que me conocía que soy de esos sin termino medio.
    Si me llegan las musas pretendo dar continuidad a este desvario...
    El lobo se quita el sombrero y con sentida genuflexión agradece a vuesa mercé la visita y comentario; y si se lo permte besará su mano, pues en ésta casa literaria aún no es leyenda la educación galante.

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  7. Gracias Lidia. El lobo es parco en comentarios y algo errático, pero leeré como leo. Vaucé es muy pródiga en letras y entre algunas de ellas verá aullidos de vez en cuando, en cuanto al voto, me temo que es el lobo parte del treinta y tres por ciento que elude las urnas.
    aullidos y saludos esteparios

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  8. gracias! en el otro blog,hay cuestiones muy interesante y en este mucho mas!
    gracias por seguirme
    y pasa cuando te de la gana a leer o o a mirar
    lidia-la escriba
    http://www.deloquenosehabla.blogspot.com

    votarias mi blog en hispatop.com?enlace en la entrada a mi blog

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  9. PUES MUCHISIMAS GRACIAS,APRECIO EN MUCHO LA SINCERIDAD! Y TUS TRABAJOS,ESOS QUE TIENEN LA CONTUNDENCIA SON LO QUE DEBEN TENER!
    LIDIA-LA ESCRIBA
    HTTP://WWW.DELOQUENOSEHABLA.BLOGSPOT.COM

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